miércoles, 2 de diciembre de 2009

Amor Estúpido



No puedo creer lo que vi. Hoy fui a la biblioteca de la universidad. Y me vi a una pareja muy amorosa y me pregunte: ¿acaso todos nos vemos igual de estúpidos? Digo el amor nos hace hacer muchas cosas pero esto paso los limites. Veía una pareja hablando como bebes, poco les falto para decir agugutata ahhhh!! Momento!!! Si lo dijeron!!! Ahhhh!! Fue frustrante, no por el hecho de que en este momento sea libre sino por el hecho de que se veían muy estúpidos hablando d esas maneras. Oh dios!! Tengo miedo de que sea así o que hay sido y ni me haya dado cuenta. Si alguno de ustedes me ve así por favor deme unas cachetadas.

Digo esta bien amarse, y mostrar el amor con cosas cursis y todo pero porque actuando como bebes y luciendo estúpidos? Digo… todos tienen derecho a amar como quieran pero por favor no se excedan. Amen con los ojos, con las manos con la boca, amen bien pero no amen con estupidez eso no nos llevara a nada bueno, solo a decir agugutata como lo que vi hoy.



1 comentario:

  1. el año pasado por el mes de abril hice yo un viaje en ferrocarril en un tren dotado de todo confort. Junto a mi asineto, muy amanerados iba una pareja de recién casados, se notaba de inmediato su estado porque a ella le entuasiasmaban tanto las flores que se ponía de toooodos colores y él, al contemplarla en tan mal estado se ponía verde, blanco y colorado.
    Yo que de reojo presencié la escena de aquélla amorosa y feliz pareja de pronto sin saber cambié de semblante y me puse a verlos de modo alarmante porque... quién presencia con la sangre fría de recién casados taaanta tontería, además de que cuando estan así tienen el defecto de ser tan... tan melosos.
    Llegada la noche, para mis desgracia las camas de abajo iban tooodas ocupadas y yo, aunque renegando de mi mala estrella tuve que ir debajo de la cama de ella y sólo escuchaba esta cantaleta:

    -Inés, alma mia, ¿quieres ser tan buena de tan sólo darme un beso? démonos un beso y verás que a gusto dormimos los dos-
    -¡Ay cálmate Enrique! ¿por qué no te esperas? si mañana llegando tendrás lo que quieras-
    -démonos un beso y verás que a gusto dormimos los dos-

    y yo, tan cansada que estaba de oír, pues no me dejaban tranquila dormir, salté de la cama y le dije a la dama respetuosamente:
    -¿puede usted Inés ser un poco amable con él? déle sólo un beso a este señor y verá que a gusto dormimos los tres

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